Teresa Izquierdo – Una Vida En La Cocina

Hace unos días Perú dio el último adios a quien fuera una mujer excepcional, a la que algunos llaman «la madre de la cocina peruana». Teresa fue una de las más queridas y respetadas figuras de nuestro mundo gastronómico, y nos deja muchas historias y recuerdos, no solo de su contagiosa sonrisa sino también de su exquisita comida, así como las decenas de grandes recetas que se mantendrán vivas en nuestras cocinas para deleite de las futuras generaciones.

A pesar de sus orígenes humildes, Teresa siempre tuvo la ambición de hacer algo grande. Su madre, que en su tiempo fue una de las mejores cocineras en elegantes casas limeñas, le enseñó a cocinar siendo todavía muy joven, con las recetas heredadas de su abuela. La gran prueba se dio un día que su madre se enfermó y la pequeña Teresa, de solo 8 años, se hizo cargo de la cocina de la casa con gran determinación y destreza. Cuando me contó esta historia, mucho tiempo después, todavía recordaba claramente el menú de ese día: arroz con lentejas, asado con ensalada, sopa y pie de limón. La comida fue un éxito, como ya podemos imaginarnos, y así fue que la pequeña Teresa descubrió su vocación. 

Ya como adulta y con una hija, Elena Santos, decidió abrir un pequeño restaurante que se hizo famoso: El Rincón Que No Conoces. Es un nombre interesante para un negocio de este tipo, ¿no creen?Su popularidad no fue instantánea pero ella fue perseverante, siempre manteniendo la alta calidad de los postres coloniales y de la cocina tradicional preparada en ollas de barro. La fama y el reconocimiento llegaron y desde entonces el restaurante se hizo lugar de encuentro para una clientela leal en la que resaltaban políticos, hombres de negocios, artistas y periodistas.

 

Teresa, con su encantadora personalidad, se ganó un lugar en los medios de comunicación dando incontables entrevistas, luego escribió libros, participó en eventos y conversatorios, entre muchos otros. Su nombre se hizo muy conocido y hasta la super famosa Rachel Ray, del Food Network, visitó en Lima el restaurante de Teresa, y la entrevistó para uno de sus programas. Teresa aprovechó esta exposición mediática para promocionar ingredientes que, en Perú, no eran muy conocidos o aceptados en el pasado, como el cuy, consumido casi a diario por los pobladores de los Andes, pero que era todavía una especie de tabú en otras partes del país. 

Tengo muy lindos recuerdos de Teresa Izquierdo, siempre cariñosa y haciéndote sentir como en casa, recibiendo a sus clientes con su encantadora sonrisa, como a sus amigos más queridos. Como una madre. Todo el tiempo se acercaba a las mesas para invitar a los comensales a probar nuevos platos, fascinándolos con su carisma. Lo que detestaba era ver que la comida volvía intacta en algún plato, me decía. Pero cuando los platos llegaban limpios a la cocina, le provocaba salir y aplaudir a los clientes.

La mamá de Teresa había trabajado en la casona de una tía de mi esposo, de ahí que fuera particularmente cariñosa conmigo. Siempre me hablaba de la familia. Un día estábamos almorzando con ella en el segundo piso de su restaurante y en eso hizo traer una serie de platillos para que los probara. Me fascinó el Tacu Tacu, preparado con frijol canario, pancetta y arroz; los frijoles escabechados eran increíblemente deliciosos. La salsa de escabeche es picante y con vinagre, y combina a la perfección con los cremosos frijoles. El Arroz con Pato no se puede dejar de probar. Ella servía el pato deshuesado y el arroz perfectamente graneado y al dente, lleno de sabor.

Como toque final, Teresa me hizo probar su famoso Frejol Colado, un dulce tradicional con una textura parecida al dulce de leche, pero está hecho con frijoles negros. Es una antigua receta que se dice tiene orígenes africanos. Los frijoles se cocinan, se pelan y se cocinan de nuevo con anís, clavos de olor y cuando el dulce está listo se rocía con ajonjolí tostado. Una exquisitez, especialmente si eres dulcero como yo.

Pero lo que más disfruté de estos espectaculares dulces caseros fue uno llamado Níspero (una fruta típica en América Latina). Lo que más me gustó es que tenía el sabor y la apriencia de un postre que preparaba mi abuela en El Salvador cuando yo era muy pequeña. Ella lo llamaba Manzanilla y a mí me fascinaba. Podía comer platos y platos de estas deliciosas frutas en almíbar.  Esto fue un retorno momentáneo a mi niñez que me emocionó completamente y le dio a Teresa un lugar especial en mi corazón.

Inspiradas en la cocina de esta mujer excepcional, compartiremos pronto algunas de sus recetas, así podrán conocerla a través de sus generosos platos. Teresa siempre estará en nuestros corazones. 

 

(Agradecemos a la Revista Gente por las fotos de Teresa)


Comentarios

  1. Si quisiera saber donde puedo consweguir este libro de Teresa Izquierdo, la verdad que sin ella hemos perdido a una granpersona sobretodo orque sighui con nuestras fantasticas tradiciones y el buen sabor de nuestro vasto y dwelicioso campo de la gastronomia peruana. le npregunte banteriomente por el libro del Chef Flavio pero no se realmente donde podria conseguirlos. si usted carme sabe donde podria cvonseguirlos dejeme sabewr ya que tantos Teresa como Flavio
    , cocinan con gusto y se apegan al sabor yb tradicion de la comidab peruana casera, Ayudeme porfavor si? Gracias y Dios la bendiga.

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